El Trabajo espiritual no es
una disciplina de un rato.
Es una consigna de Vida.
Antonio Blay Fontcuberta
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Presentación
Todas las personas que han entrado en contacto con la obra Antonio Blay coinciden en que ha significado un cambio radical en su existencia: un antes y un después. Muchos lo señalan como la recompensa y el punto final de un largo camino de años en búsqueda de respuestas.
El hecho es que conocer y aplicar sus enseñanzas nos ha hecho abandonar la sensación de ser arrastrados por las circunstancias y nos ha devuelto el protagonismo de nuestra vida. Hemos experimentado una transformación que hace evidente el sentido de la existencia y nos lleva a implicarnos en ella con madurez y eficacia, disfrutando, además, de un sentimiento de plenitud interior.
Blay nos invita a recorrer de forma experimental, personal y directa, el camino que realizó en sí mismo para investigar la naturaleza humana. Y lo hace con un lenguaje claro y directo que llega a lo más profundo de nuestro ser. De tal modo que recorrer este camino nos parece algo natural que puede colmar todas nuestras aspiraciones como seres conscientes.
Sorprende cómo Blay se centra en la misma persona para conseguirlo: en el equilibrio emocional, en el desarrollo de la personalidad y en la investigación de la esencia. Es una evolución que no se limita a vivencias interiores, sino que se extiende a todos los ámbitos de nuestra vida: personal, familiar, laboral y social. Pero nos lleva más allá adentrándonos en la experiencia del espíritu.
Por eso queremos aprovechar el centenario de su nacimiento, para divulgar su obra. Lo habitual es honrar a personas que han aportado a la humanidad avances en el campo del saber, de la estética y de la técnica. En este caso resaltamos la conciencia que hace posibles estos resultados.